No hay mucho que pueda decir de mi
biografía aquí, sólo sé que por un tiempo lo suficientemente largo (o corto, no
lo sé) me convertí en la persona que por tantos años me esmeré tanto en no dejar salir a la luz.
Imagina que una vez acabado el cuento, la oveja desolla al lobo para vestir su piel con fines tan macabros como si fuera al revés.
Llegó un punto
en mi vida donde el Lobo del que me corrí toda la vida (aquel por el cual
construí mi casita de paja) de pronto se me antojaba más digno, sabes? Al menos él era el único que se mostraba tal cual era:
pillo, codicioso, lascivo, taimado y manipulador. Los chanchitos, la Caperucita y hasta la mentada abuela se la pasan incitando y haciéndose los tontos todo el cuento, fingen no saber
distinguir que un ladrillo es más fuerte que la paja. Vamos! Un lobo
jamás de los jamases pasará por una abuela, jamás! Qué hacían, para empezar,
los chanchitos construyendo su casa en el bosque si son animales de granja? Por qué
otra razón la Caperucita le daría toda esa información al lobo, si no para que la encuentre?
La verdad es que todos tienen sombras dentro de sí, deseos de irse o mandar todo a la mierda, sueños de alboroto, aspiraciones sociópatas en mayor o menor medida; pero no todos lo aceptan, prefieren morirse por dentro o volverse locos antes que aceptar que los tienen y mucho menos hacerlos realidad.
La verdad es que todos tienen sombras dentro de sí, deseos de irse o mandar todo a la mierda, sueños de alboroto, aspiraciones sociópatas en mayor o menor medida; pero no todos lo aceptan, prefieren morirse por dentro o volverse locos antes que aceptar que los tienen y mucho menos hacerlos realidad.
Aquellas corazas o máscaras que todos
portamos para ser aceptados, respetados o incluso amados; se me hicieron tan
pesadas, inútiles, huecas, tontas. Los seres humanos somos tan hipócritas, lo
somos hasta que tenemos la madurez suficiente como para ser lo que realmente
somos.
Y es que una cosa es hacer lo que siempre
quisiste pero no tuviste oportunidad de hacer y otra totalmente distinta es
hacer aquello que voluntaria y fervientemente rechazaste o incluso te juraste a
ti mismo, o a alguna fuerza superior, jamás hacer. Y por qué hacemos esos juramentos tácitos? Fácil! nadie quiere ser "El Malo de la película". Al buenito herido al menos le queda el consuelo de los curiosos o el homenaje de los deudos. En cambio, al malo no hay benevolencia que le cubra las espaldas ni honor que llene su memoria. No hay forma.
Yo pregunto: puedes definir a ciencia cierta qué es Bueno y qué es Malo? Es posible que nos ciñamos a los mandamientos, la moral o marcos legales pero: Cuál es el preciso momento en que algo es verdaderamente Malo para ti? Si es así, de qué michi nos estamos corriendo entonces?! Sabes al menos a ciencia cierta qué es lo que tanto estás cuidando? A ti? Para empezar, puedes si quiera estar seguro de quién eres tú, que existes?
Yo pregunto: puedes definir a ciencia cierta qué es Bueno y qué es Malo? Es posible que nos ciñamos a los mandamientos, la moral o marcos legales pero: Cuál es el preciso momento en que algo es verdaderamente Malo para ti? Si es así, de qué michi nos estamos corriendo entonces?! Sabes al menos a ciencia cierta qué es lo que tanto estás cuidando? A ti? Para empezar, puedes si quiera estar seguro de quién eres tú, que existes?
Recuerdo una vez más aquellas
conversaciones con R. las mañanas de los sábados cuando tenía yo 8 o 9 años. Me
decía que todo lo que hacemos los seres humanos no es más que una especie de
coreografía, como una representación de una obra que se reproduce en la mente
de alguien más. Que todos estábamos durmiendo, soñando y que este sueño era tan
grande y repetido que había llegado a volverse como un magma, había empezado a
tener color, sonido, peso, aroma y textura que casi hasta nos parecía real. Un sueño que todos hicieron tan denso hasta llegar a confundir ese sueño con la
realidad, sin embargo poco a poco las personas habrían de despertar.
- Entonces, me estás diciendo que es
posible que no existamos? - preguntaba yo
- Tú lo has dicho – respondía R.
Así, tras haber sido oveja y lobo, pude entonces desnudarme y andar con mi propia piel.
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