miércoles, 11 de junio de 2014

El Vaso Medio Vacío Acabó con los Membrillos





Imagínate en aquella situación en la que te hayas visto en aprietos, la primera que se te venga a la mente. Ok, quédate ahí.

Habrás leído u oído alguna vez la sgte pregunta: Y... el vaso está medio lleno o está medio vacío? Elabora. Generalmente los que dicen "medio lleno" son etiquetados de optimistas y sacan pecho. Aquellos que dicen "medio vacío" son tildados de pesimistas y reciben la mirada juiciosa del interlocutor.


Yo preguntaría: Estamos hablando de una foto o un video? 


Todo en la vida es una sucesión de momentos. Ayer medías 1.05m hoy mides 1.85m; antes no sabías mandarín ahora tampoco pero igual no importa. Sin embargo, qué sucede cuando afrontamos momentos (según nosotros) cruciales?


El estrés que conlleva estar en una etapa de transición puede muchas veces influir para que perdamos de vista el horizonte, a los demás y lo que es peor, a nosotros mismos. Sólo pensamos en la carga que llevamos y en lograr ganar. Es como estar sobre la cuerda floja sosteniendo una caja de membrillos que te tapan la visión. Quizás venderías tu alma al diablo si pudiera soplarte cuantos pasos te faltan, que te de una jaladita o simplemente acabe por poner el otro extremo a tus pies. Quizás empujarías a quien esté al frente tuyo para que te permita llegar más rápido o por último, te le subes para que te lleve en andas. 

Lo mismo sucede en la vida real. Muchas veces durante la carrera nos damos cuenta que nuestro vaso está recién medio lleno o que aún está medio vacío, entonces tendemos a querer tenerlo lleno; cueste lo que cueste. Olvidamos el valor de nuestro vaso, olvidamos lo que ya hemos llenado, olvidamos a quienes tenemos al frente (al costado y por debajo también), tenemos el vacío tan metido en los ojos que pensamos que de pronto somos los únicos en el mundo. Qué importan los demás?

Una vez más pregunto: Estamos viendo sólo un cuadro o toda la secuencia? 

En momentos difíciles o cruciales, es preciso recordar que es sólo un cuadro de la película, una escena. Si nos mantenemos andando podremos ver que más allá hay más tiempo, más oportunidades, aún hay esperanza. El vaso se seguirá llenando, quizás se siga vaciando, quizás vengan nuevas aguas, quizás se rompa el vaso; pero igual no hay que detenerse y sobre todo no hay que perder la fe. Son justo aquellos momentos de desesperación y falta de fe en el mañana y en uno mismo, los que aprovecha el mal para tentarnos de acortar camino, pisotear, no respetar a los demás y a nosotros mismos.


Cuando te encuentres en una situación “Vaso medio lleno/vacío” piensa: “Es sólo un cuadro de la película” y sigue andando. No seas víctima, no te vuelvas villano, sólo sigue andando.





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