El otro día conversaba con un amigo muy querido sobre sus sueños e imagen ideal para un viaje a futuro o unas próximas vacaciones. De pronto la conversación se detuvo y el estimado me mandó todo un párrafo explicándome los por qués de no poder seguir con nuestra conversación debido a que tenía reunión con su jefe, deberes en la7 oficina y demás cosas. Yo lo comprendo, el deber llama, pero me pareció que bien hubiera podido tomar ese tiempo para escribir un "Realizaré mis sueños!, ya vengo", en vez de reforzar las limitaciones y no permitirse completar sus intenciones.
Es algo curioso como uno se retiene y piensa más antes de dejarse llevar, atesorar o disfrutar algo en sobremanera; y sin embargo se desborda sin medida a la hora de sentirse abrumado, acongojado o presionado. Como si fuera más normal, pudoroso o benévolo sentir sentimientos negativos o reprimidos antes que cosas buenas o placenteras.
Se piensa mucho antes de decir "amo hacer esto", "qué lindo es esto", "me muero por verte", dar un abrazo, bailar espontáneamente o reir de cualquier sonsera; y luego ya pasó el momento de permitirse ser. Pero cuando nos presionan, no salen nuestros planes o perdemos algo; es instantánea la reacción de congoja, angustia o preocupación. Ni se piensa y antes de darnos cuenta ya estamos hasta el cuello de estrés.
Siento que poco a poco debo entrenarme para poner pausa ante cualquier evento desafortunado o no deseado, para primero comprender bien la situación y ya después ver la mejor forma de "reaccionar" al respecto. Es algo que ha de practicarse a diario, después de todo nadie está libre de desavenencias.
Hay que moverse, si hay algo que nos pone de mal humor o limita entonces no es para uno; hay que moverse, salir corriendo pero en dirección opuesta! No avalanzarse a los brazos de la cólera, pena o resentimiento. Por qué quedarse sumido en ello? Ok, quizás no se puede dejar el trabajo de la noche a la mañana pero sí se puede salir ya ya de la tensión generada por expectativas de jefes, colegas o uno mismo. Debe parar, stop!
Hay que zambullirse más bien en las cosas lindas o que nos ponen bien. Así sea esto podar un jardín o leer el tarot, creo que uno santifica lo que hace según la intensidad de chispa de vida que se prende en nosotros. Bueno hay gente con gustos "raros" o extremos como los piromaniacos, cazadores o voyeuristas, tema delicado. Me refiero a aquellas cosas simples que dan bastante placer como abrazar, ser espontáneos, expresar cariño o descansar, porque es en esas pequeñas situaciones que nos encontramos sumamente cómodos, libres, comprendidos o queridos, entre otras cosas. Y eso, esas sensaciones sí que deben vivirse en stop motion o repetirse, repetirse, repetirse.