07/09/2015
TIERRA
TIERRA
Volvimos a la casa, almorzamos, conversé con D. sobre mis experiencias en Argentina el 2014 y el cómo me llamó el trabajo con los niños. La renuncia a España, el escape secreto, la miseria y el dolor de ese viaje. Así como la autosanación y purificación que vino con todo ello.
Después de un rato vino con un recipiente lleno de una especie de crema color chocolate y una espátula. La dejó sobre la mesa y se fue a otra habitación, efectivamente yo pensé que era chocolate y cogí un poco con la espátula. Cuando estaba por sacar la lengua para lamerla, vino Diego y me dijo que era fango, yo disimulé e hice el ademán que sólo estaba oliendo.
Me trajo una ropa algo más de diario, perteneciente a su novia; dado que yo había ido súper estilo occidental con mi camisa y chompita de oficina. Entonces me cambié y en un 2x3 era yo una chica new age/hippie/libre con este pantalón rosa a manera de bolsón, súper suelto y una chompa de color verde limón y amarillo.
Me senté y empezó a embadurnar mi rostro con la espátula, aplicando el barro alrededor de mi boca, luego la frente, las mejillas, el cuello. Pasó a las manos, antebrazos, me levanté la blusa y la aplicó en mi vientre y espalda. Después en mi pantorrillas y pies. No me descubrí más porque empezaba a atardecer y la temperatura a bajar.
Nos sentamos a conversar en la cocina, conversamos largo y tendido. Conversamos de Argentina, de Messi, de Evita Perón, la actual presidenta, de Fútbol, de los asados, de Puerto Madero, los Porteños, San Telmo, las escuelas, la masturbación adolescente, la pornografía de antaño y la de ahora, el veganismo, los talentos, el teatro ciego y los mates.
De rato en rato veía mis manos y la forma en que el fango se había secado sobre ellas, tomando esta textura algo reptiliana, como cuadriculada. De pronto mi piel ya no lucía tan llana y tersa como siempre, sin embargo me pareció tan intrincada esta geometría, esta constitución, como un tejido perfecto que casi nunca uno logra percibir.
Empecé a pensar en los miles de años de evolución en la raza humana, en los 9 meses que estuve gestándome en el vientre de mi mamá, construyéndome, creándome. En la forma en que crecí, gané estatura, mis caracteres sexuales y femeninos. Mi primera menstruación, mi primera relación sexual, mi primer orgasmo, mi primera eyaculación, pensaba en las veces que me he permitido ser desaforada o espontánea, pensaba en mis senos, mis piernas, mi vientre, mi útero, mi cabello. Empecé a sentir mi cuerpo muy presente y me sentí muy agradecida por tenerlo.
Pensaba en las flores, los animales, los vegetales, en la estructura de los Diente de León que brotan en todo sitio. Cómo es que parecen tan frágiles pero igual son súper constantes en tiempo y presencia. Sentí que todo alrededor vibraba, cantaba, vivía. Pude sentir en mi miles de campos, olas, aves, plantas, partículas de tierra y rocío.
Luego finalmente llegó la hora de bañarse. Me fui al baño y contemplé mi rostro en el espejo. Mi primera reacción fue de sorpresa al haber olvidado por buen rato que llevaba el barro también en el rostro, en otro tiempo qué me hubiera imaginado que pasaría horas conversando con dos extranjeros de lo más jovial y segura, portando barro en el rostro y con ropa de ese tipo.
Abrí la ducha y empecé a enjuagarme, de pronto sentí que este barro me decía:
- Encuentra la parte del cielo que está en la Tierra y la potencialidad creadora en él. Toda la energía con la cual brota la vida en la Tierra, viene del cielo. Son la misma cosa.
Hay que aprender a confiar en la naturaleza, y sabernos parte de ella.
Convertirse uno con ese espíritu Creador que hace que todo sea posible.
Convertirse uno con ese espíritu Creador que hace que todo sea posible.
FUEGO
Era ya bien tarde y R. estaba que se moría de sueño e incluso llegó a proponer hacer ese ritual al día siguiente. Sin embargo felizmente D. insistió en completar los ritos ese día.
Recién caí en cuenta que es el primer cumpleaños en el que no me cantan el Happy Birthday, no tengo torta, ni tampoco soplo una vela. Asimismo, en que nadie me da un solo abrazo o presente de cumpleaños; bueno se podría considerar que el báculo que me cayó en la cabeza fue un regalo. Ellos sabían que era mi cumpleaños pero sin embargo no hicieron nada de esas cosas, sí me saludaron y repitieron constantemente que era mi cumpleaños y por eso estábamos abriendo una Nueva Era; pero de lo otro, no hubo nada. Mejor. La Nueva Era traía de arranque nuevos vientos.
Llevamos las ramas afuera, los leños también. En algún momento que no supe darme cuenta, mi báculo caído del cielo también fue a dar a la hoguera y así me quedaba oficialmente sin ningún tipo de regalo de cumpleaños. La fogata sería en el jardín, al pie del árbol más grande. Encendieron el fuego, no pusieron mucho leño para que la fogata no sea muy grande o para que no dure mucho, los entiendo también, faltaba muy poco para la medianoche.
D. me instó a escribir algo que quisiera quemar en el fuego. Y lo que puse fue:
Entrego Al Fuego
Mis Falsas Concepciones respecto a:
El Amor
La Amistad
Padres/Hnos
El Mundo
Profesión/Trabajo
Mi Centro Médico
Mi Bruja
Mi Yo Superior
Entonces, cuando brotaron las primeras flamas, D. me instó a que sople, que lo mantenga vivo. Fue algo difícil, el calor me hacía cerrar los ojos y esto me daba miedo de acercarme mucho sin saber a qué distancia estaba de quemarme. Entonces como que quise retirarme pero el fuego se extinguía. El hecho de imaginar que si no ponía de mi parte, no habría fuego para quemar mis Falsas Concepciones me hizo recapacitar, entonces recogí mi cabello, me tendí con el vientre sobre el suelo y empecé a soplar. Mi soplo era algo débil, entonces empecé a angularme a fin de que éste sea lo más directo y efectivo posible. Me di cuenta que se estaba librando una pequeña batalla, no contra el fuego sino contra mi Vieja Yo.
Entonces empezó a avivarse la llama y a quemar las hojas secas del fondo, se hizo una bonita llama. R. y D.luego se inclinaron conmigo y soplaron, el fuego se avivó aún más. Hicimos un nuevo Kintu y manifestamos cada uno nuestras intenciones.
Saqué el papel con la lista que había escrito y la puse en la base de la hoguerita. Empezó a arder. Conforme miraba esto pensaba en cómo los demás elementos estaban ahí simplemente, sin embargo el fuego hay que hacerlo aparecer. Juntar elementos:
- Tierra: maderos, hojas
- Aire: soplar, hacer viento para avivarlo
- Agua: evitarla, su no-presencia la hace súper importante.
Entonces, que, algo de especial habrá de tener el fuego, ya que necesita esfuerzo hacerlo aparecer. Puede ser esfuerzo simple como prender un encendedor o reclinarse al suelo y soplar con todas tus fuerzas, pero igual debe haber una intención y acción para traerlo a nuestra presencia. No es que haya fuego en estado natural por todo sitio, salvo la luz del sol pero es otra forma de energía.
Lo contemplaba y me puse a pensar que en los seres vivos se dan una serie de procesos bioquímicos que hacen que la vida mantenga esta continuidad. Para aprovechar el oxígeno, para transformar nutrientes, para que lata el corazón. Todo tiene un consumo y también emisión de energía, la Chispa de Vida. El Fuego es pues transformador, porque en una reacción química hay unos componentes que se juntan para crear algo nuevo y nunca más ser los mismos. Asimismo lo usamos para preparar nuestros alimentos, el Fuego también alimenta. Es como si la Tierra fuera el componente femenino y el Fuego el masculino de un componente paternal en la Naturaleza que busca mantenernos con vida, transformarnos.
Así mismo veía que el Fuego es salvaje, el agua, el viento, la tierra también pueden ser destructores si están en estado violento; sin embargo el fuego de por sí hace doler, de por sí puede destruir. Desde un fósforo a un incendio forestal, es de temer. No es fácil tocarlo, cogerlo, es sumamente indomable. También es atemorizante, inspira respeto y también está en movimiento todo el tiempo, es imposible que esté quieto, aun si es una simple vela, siempre está en movimiento. Es libre.
Me quedé ahí sentada, mirándo la llama de Fuego y le pregunté:
- Qué tienes que decirme?
Me respondió:
- Niña, a qué le temes? Al Mundo? No, te temes a ti misma. Sabes qué es lo que hay dentro de ti pero no lo asumes porque temes que se te escape de las manos. Tu interior es Fuego, lo reconozco porque yo lo puse ahí, sin embargo éste no prenderá a menos que pongas tu Aliento de Vida sobre él. De no ser así, los maderos acabarán por humedecerse y volverse inútiles. El Fuego en ti no quiere dormir, quiere despertar. Entonces sopla y avívalo. Amerita esfuerzo, lo sé, pero sabrás manejarlo. Siempre aparece la forma y el cómo, porque cuando algo se escribe en las estrellas, nada hecho de barro puede cambiarlo. La naturaleza Salvaje no es mala, ni tampoco destructiva. Es libre y difícil de comprender pero si tú sabes cuidarla con tus palabras (Aire/aliento), acciones (Agua) y lo moldeas acorde al Propósito (Tierra) entonces nadie podrá apagarlo y más bien se dejará tocar, podrá encender otras velas, otros corazones.
Luego de unos minutos finalmente el fuego se consumió. D. empezó a hablar de cómo los deseos son en verdad insatisfacciones. En eso resonó algo en mí. Saqué mi diario de este viaje y les leí mi escrito del Día 1 (en la playa). Nos quedamos sorprendidos de la Sincronización al trabajar con los elementos para crear el terreno y abrir el portal hacia esta Nueva Era que estaba por empezar a vivir.