jueves, 28 de agosto de 2014

Dragón #15: La Culpa

Si voy a pensar en algo que me genere culpa, encabeza la lista y sin lugar a dudas, el aspecto sexual. 

Mi primer contacto con esto fue cuando inocentemente miré un VHS que tenía escrito en el sticker: La Caperucita Roja. Estaba un día sola y aburrida en casa, tendría unos 10 años, no tenía nada que hacer ni ver en la tele y en eso recordé el VHS que había encontrado casualmente unos días atrás. Fui, lo saqué, lo instalé en el equipo y puse PLAY. 

Jesús, María y José. Qué cosa aquella! Me encantó, aunque claro, igual estaba confundida porque no entendía por qué la gente se filmaría haciendo eso, el que los filmaba sería su amigo? Serían muchas las personas que lo hagan?  La gente en general, sabe que hay gente que se filma así? Me cuestionaba yo en ese entonces. 

Un tiempo después, no sé como, encontré un libro de Laura Esquivel: Como Agua Para Chocolate. Empecé a leerlo por las recetas de cocina pero después seguí leyendo por la historia de amor. Me consideraba una Tita y algún tiempo después empecé a tejer mi interminable y adorada colcha de lana, durante un año. Pero además de la cocina y el tejido, me llamó el romanticismo y la descripción gráfica de los episodios de tensión o encuentros sexuales. En palabras coloquiales: me excitaba. Así fue que empecé a explorar mi cuerpo para lograr calmar esa súbita ansiedad y anhelo de placer. Con algo de práctica con una almohada, lo logré, nunca había sentido algo así. 

Sin embargo, con una mano toqué el cielo y con la otra el caldero. Más rápido que inmediatamente, sentí culpa. No debería hacer eso, quizás sería yo una mala mujer a futuro? Por qué me gustó sentir eso? Ni loca le preguntaría a mamá, ella siempre me contó historias de como las chicas que tenían "cositas" con sus novios, después quedaban como madres solteras o como solteronas porque el hombre le perdía el respeto. Entonces sólo atiné a contarle a una amiga cercana que tenía, creo que fue peor porque al final acabé arrastrándola conmigo. 

Pasaron los años y después, cuando ya pude haber tenido edad y oportunidades; simplemente no me llamaba la atención. No sé qué será pero por obra y gracia del cielo, durante la terrible y peligrosa edad de los 13 a los 17, era yo una púber con complejo de monja vieja. Eso será algo para investigar después, quizás haya algún dragón de por medio.

Luego pasó esa etapa y finalmente pasó. Sí. Pero así también volvió nuevamente la culpa. No estaba bien, no debiera hacerlo, menos debiera disfrutarlo. Por qué a mi?? Me quedaría sola? Qué debo hacer? 

Sufrí mucho por años al respecto. No lo justifico, considero que debí tomarlo como lo que era: algo fisiológico como comer, ir al baño o dormir. Había tanto tabú forjado en casa y la escuela que para mi, la única forma responsable y coherente de afrontarlo era sintiendo culpa; porque la hueva que iba a dejar de hacerlo. Creo que aquí también se aplica lo del Dragón de La Procastinización alias "La Garrotera del Chavo".

Pasaron varios años, cambié de estado civil y después ya no era casa sino mi casa la que forjaba esos complejos y para enriquecer el combo, se sumaron las críticas y desaprobación sobre mi aspecto y el desmedido disfrute o interés en ESE aspecto de la relación. Una vez más sentí que era una mala mujer. No, no lo sentía, lo daba por hecho. 

Me da pena pensar en esto ahora, pienso en las mujeres de Medio Oriente, de Latinoamérica y el mundo entero en sí. Siempre hay esa cosa de querer frenarnos, disminuirnos, es como si en el fondo los hombres (algunos) temieran que logremos encontrarnos con nuestro verdadero yo. No es que nos vean inferiores o como muebles, ellos nos tienen miedo y lamentablemente la forma más sutil y eficaz de lograr sumisión es atacando el autoestima y debilitando el amor propio.

Después, por diferentes motivos ajenos a este post, cambié de estado civil. Entonces tuve mi periodo libre, que no sé que tan libre haya podido ser, vinieron los pretendientes, las citas, nuevamente las oportunidades. No quería ni buscaba nada en especial. Pero si no tenía ganas de ir a buscar algo particular, menos tenía ganas de cargar con culpas. Entonces chau culpas. Volví a explorarme, sentí que tenía derecho a hacerlo y entonces me traté con cariño. Sentí que no necesitaba tanto del placer como de simple y pura comprensión. Dejé atrás la tensión y solo me dejé ser. 

Afortunado aquel que hubiera tenido la oportunidad de estar conmigo en ese periodo. Afortunado.  Claro, afortunado y que valga la pena, no me iba a meter con cualquiera.

El Dragón de La Culpa es caníbal. No te quiere a ti, quiere al Dragón que tenemos adentro, aquel que es valiente, eterno y vivaz. La Culpa hace que te sientas avergonzado de tener un Dragón adentro y de pronto te parece bien que venga y se lo coma, te lo arrebate y te deje limpio. Lo cierto es que nunca va a parar, porque está en nuestra naturaleza tener siempre algo que no entone o sea 100% aceptado por el standar común. Uhmmm lamentablemente eso incluye a los asesinos, violadores y políticos; puede que no tu ni yo seamos alguno de ellos pero esos casos son sólo exponentes más palpables del subconsciente colectivo. Al menos eso es lo que yo pienso. 

Volviendo al tema, es bueno arrepentirse de cosas malas, es bueno tener autocrítica, es bueno saber y aceptar cuando uno se equivoca. Hands down. Aquí hablo de La Culpa por aquellas cosas aprendidas y que al fin de cuentas, nos bloquean y no dejan que podamos vivir plenamente. Muchos de los complejos, dudas o demás ataduras, son producto de creencias erróneas que fueron plantadas desde nuestra infancia; muchas veces por nuestros padres con el fin de protegernos o prevenirnos sobre las cosas de la vida. Sin embargo, con la lógica inmadura e inexperta, este concepto se va distorsionando y finalmente rige nuestro actuar de una forma sumamente natural y apremiante. He tenido la oportunidad de tratar a varias personas sobre estas Creencias, es alentador y reconfortante ver como pueden volver a vivir ya con el concepto claro y real. Es una gran cosa. Yo me veo a mi misma teniendo que hacer este discernimiento muchas veces, felizmente cada vez es menos frecuente. 

Entonces, qué hacer con este Dragón? Decirle que no encontrará nada, que no hay dragón qué comer. Por qué? Porque el Dragón que tienes adentro y tú, ahora son uno mismo, que lo aceptaste como parte tuya, que ya no lo desconoces ni lo tomas como algo que no te pertenece, ya no lo niegas ni te avergüenzas de él. Se hizo humano. El Dragón de La Culpa tendrá que alimentarse en otro sitio o finalmente volverse vegetariano. 


"La razón por la que esta lechuza se ve como si te estuviera juzgando, es porque lo está haciendo"






No hay comentarios:

Publicar un comentario