Me sorprende ir a cualquier sitio y encontrar una flor Diente de León, no es broma. Hasta las he visto brotar en el asfalto o de las piedras.
Rompen cemento y sin embargo después se vuelven blanquitas, como hilos que se desvancen con el más suave susurro. Es increible lo evanescentes que son.
Tambien me asombra que estas flores tienen un vector isométrico en el centro, sí, cuando estan así como pelusa, en el centro tienen una parte marrón oscuro que irradia hacia fuera las fibrillas a manera de fractal. Es la flor que posee más abiertamente en su conformación (para mi), geometría de la estructura del vacío, aquel vórtice de donde todo fue y es creado infinitamente.
Hoy me topė con unas y tuve la oportunidad de caminar por un senderito que ellas rodeaban; y de pronto sentí que R. Me decía: "Estas nadie las vende ni compran porque son como la vida, no tienen precio. Están en todos lados y brotan donde sea como la Esperanza. Sus fibras se van con el más simple aliento porque son como los deseos, suben y vuelven al cielo. Son como tú, como los demás, como todo lo que es; pase lo que pase, siempre estan".
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