Vamos a decirlo en breve:
1. Mi ex esposo
Es un gran hombre, es maravilloso. Lo quise muchísimo y es parte de mi. Hoy aún lo quiero, el lo sabe y es consciente de ello. Somos como una familia y siempre estaremos uno para el otro cuando sea el momento. Mucho de quien soy y quien fue lo aprendimos juntos y eso es algo que bendigo y agradezco. No hay ya una relación amorosa pero sí hay amor filial, que será en verdad hasta que la muerte nos separe. Sé y entiendo que fue necesario que ambos pasemos por este periodo, como le dije una vez: a veces una separación es un acto de amor.
2. Mi novio
El es como el sol, es un hombre maravilloso, es un gran hombre. El es el otro polo en lo que cabe dentro del concepto de amor. No creo que hubiera podido conocer completamente el significado del amor verdadero, de no haber vivido y comprendido las cosas que aprendí junto a él; gracias a su lucidez, libertad y valentía. El amor con él es Agape y fluye tan natural y puro como el rocío de la mañana, algo que trasciende tiempo, espacio, vida o muerte. Bendigo y agradezco aquel momento en que nos encontramos. Lo amo, me amo.
El Dragón del amor es llama, es chispa, es fuego, como el del sol, las estrellas, el espíritu y Dios. No se consume ni devora, solo Es y todo lo contiene. No ata, no asfixia ni tampoco posee. Se basta a si mismo y es infinito porque no es lineal, no es mental, no es de este mundo. Está dentro de nosotros, en los más profundo, ahí cuando nos volvemos Uno.
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